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AHANAOA A. C.
Miguel Leopoldo Alvarado, N.D.
Fundador y Presidente
http://www.nutriologia-ortomolecular.info/
VITAMINAS.INFO / Sitio de informacion tecnica y cientifica sobre las vitaminas. / Descripcion, clasificacion, propiedades, requerimientos, recomendaciones, y utilizacion terapeutica de las vitaminas.
VITAMINAS.INFO
Sitio de información técnica y científica sobre las vitaminas.
Descripción, clasificación, propiedades, requerimientos, recomendaciones, y utilización terapéutica de las vitaminas.
El término «vitamina» fue acuñado en 1912 por el científico polaco Casimir Funk para describir las sustancias naturales de los alimentos que son esenciales para la vida. Mientras trabajaba con los síntomas del beriberi, Funk propuso que había cuatro enfermedades concretas causadas por la falta de cuatro «aminas» distintas en la dieta: escorbuto (graves hemorragias en los vasos sanguíneos – falta de vitamina C), raquitismo (debilidad de los huesos – falta de vitamina D), pelagra (alteraciones cutáneas, diarrea persistente, demencia – falta de vitamina B3) y beriberi (engrosamiento y debilitamiento del corazón, dolor en las extremidades, debilidad muscular – falta de vitamina B1).
Hoy sabemos que hay más de 20 moléculas orgánicas llamadas vitaminas, cada una de ellas con una estructura química distinta y una función específica en el cuerpo.
Hay dos grupos distintos de vitaminas: las que son solubles en el agua (la vitamina C y todas las vitaminas B) y que se distribuyen por todos los componentes acuosos de la célula, y las que son solubles en la grasa (vitaminas A, D, E y K), que se encuentran principalmente en las partes de la célula ricas en grasa, como las membranas.
Aunque son fundamentales para la vida, nuestro cuerpo, en general, no produce vitaminas.
No.
Estudios independientes realizados en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y muchos otros países demuestran que el contenido de nutrientes de nuestra alimentación se ha reducido sustancialmente durante las últimas décadas.
Las tablas que figuran a continuación muestran la reducción del contenido de nutrientes del brócoli y las patatas vendidas en Canadá entre 1951 y 1999:
Brócoli: crudo, 3 ramas, 93g. 100/93=1,08
Calcio (mg) | Hierro (mg) | Vitamina A (U.I.) | Vitamina C (mg) | Tiamina (mg) | Riboflavina (mg) | Niacina (mg) | |
1951 | 130,00 | 1,30 | 3500 | 104,0 | 0,10 | 0,21 | 1,10 |
1972 | 87,78 | 0,78 | 2500 | 90,0 | 0,09 | 0,20 | 0,78 |
1999 | 48,30 | 0,86 | 1542 | 93,5 | 0,06 | 0,12 | 1,07 |
% de variación | -62,85 | -33,85 | -55,94 | -10,10 | -40,00 | -42,86 | -2,73 |
Patatas: una patata, pelada antes de hervirla, 136 g. 100/136=0,74
Calcio (mg) | Hierro (mg) | Vitamina A (U.I.) | Vitamina C (mg) | Tiamina (mg) | Riboflavina (mg) | Niacina (mg) | |
1951 | 11,00 | 0,70 | 20,00 | 17,00 | 0,11 | 0,04 | 1,20 |
1972 | 5,74 | 0,49 | 0,00 | 16,39 | 0,09 | 0,03 | 1,15 |
1999 | 7,97 | 0,30 | 0,00 | 7,25 | 0,09 | 0,02 | 1,74 |
% de variación | -27,55 | -57,14 | -100 | -57,35 | -18,18 | -50,00 | 45,00 |
Para más información:
Estados Unidos
Vegetables Without Vitamins. Revista Life Extension, marzo de 2001.
http://www.lef.org/magazine/mag2001/mar2001_report_vegetables.html
Changes in USDA Food Composition Data for 43 Garden Crops, 1950 to 1999. Donald R. Davis, PhD, FACN, Melvin D. Epp, PhD and Hugh D. Riordan, MD. Journal of the American College of Nutrition, Vol. 23, Núm. 6, 669-682 (2004).
http://www.jacn.org/cgi/content/abstract/23/6/669
Canadá
Nutrient Changes in Vegetables and Fruits, 1951 to 1999. Recopilado por Jeffrey Christian.
http://www.ctv.ca/servlet/ArticleNews/story/CTVNews/20020705/favaro_nutrients_chart_020705
Apparent Nutrient Changes in Government Data for a Selection of Fruits & Vegetables: 1951 vs 1999. L. A. Piché PhD RD, Associate Professor, Nutrition Program, Brescia University College.
http://www.ctv.ca/servlet/ArticleNews/story/CTVNews/20020705/favaro_nutrients_analysis_020705?s_name=&no_ads=
Reino Unido
Meat and diary: where have all the minerals gone? Food Magazine 72, publicada por The Food Commission, UK. Enero/marzo 2006.
http://www.foodcomm.org.uk/PDF%20files/meat_dairy2.pdf
McCance and Widdowson studies
http://web.archive.org/web/20061122104509/http://www.trccorp.com/faq_root_disease3.php
No.
Hay una gran cantidad de pruebas que demuestran que muchas vitaminas y minerales – si se consumen en niveles superiores a la cantidad diaria recomendada (CDR) – son beneficiosos para mantener una salud óptima y evitar la aparición de enfermedades crónicas. La CDR solo indica la cantidad de vitaminas y minerales necesarios para evitar enfermedades comunes causadas por déficit de nutrientes (como raquitismo o escorbuto) en una persona media, pero no tienen en cuenta las necesidades metabólicas de la persona, que vienen determinadas genéticamente ni sus hábitos alimenticios, su estilo de vida, estado de salud y muchos otros factores. Además, la CDR tampoco considera el hecho de que los nutrientes actúan en equipo en nuestro cuerpo, no como las sustancias químicas individuales de los productos farmacéuticos.
El concepto de la Medicina Celular se basa en el principio de que la salud viene determinada por los miles de millones de células que componen el cuerpo humano. El nivel celular en el cuerpo humano ha sido eficazmente descuidado por la medicina convencional y los doctores ortodoxos tratan nuestros órganos sin prestar atención al estado nutricional de las células que los componen.
Las vitaminas, los minerales, los aminoácidos y otros nutrientes fundamentales son necesarios para las miles de reacciones químicas que se producen constantemente en cada célula y un déficit crónico de estos nutrientes esenciales es la causa más frecuente de disfunción celular y, por tanto, de enfermedad.
Por tanto, una ingesta óptima de vitaminas, minerales, aminoácidos y otros nutrientes esenciales es la clave para alcanzar una salud óptima y evitar la aparición de enfermedades crónicas.
Más información en The Foundation of Cellular Health
El concepto de sinergia entre nutrientes maximiza los beneficios de los nutrientes para la salud, ya que se ha descubierto que trabajan mejor «en equipo». Así, no es la ingesta de cualquier nutriente lo que garantiza una buena salud, sino la ingesta de una serie de micronutrientes distintos, como vitaminas, minerales, aminoácidos y oligoelementos. La eficacia clínica de este enfoque ha sido confirmada, no solo por muchos de nuestros estudios, sino también por investigaciones independientes.
La investigación de la Medicina Celular se centra en la sinergia entre nutrientes como el método más eficaz para optimizar el metabolismo celular y restaurar su equilibrio y ha demostrado repetidamente que esto es más eficaz que utilizar nutrientes individuales o en combinaciones aleatorias.
La Medicina Celular se basa en el descubrimiento de que la salud y la enfermedad no se determinan a nivel de órgano, sino a nivel de las millones de células que componen los órganos y el cuerpo humano.
Esto es un contraste casi completo frente al enfoque de la medicina convencional, que divide el cuerpo en distintas disciplinas y básicamente trata cada órgano como una entidad aparte. Así, en la medicina convencional, el cardiólogo se encarga del corazón, el gastroenterólogo se especializa en el sistema digestivo, el hepatólogo se ocupa del hígado, y así con todos los órganos. Este enfoque ignora el hecho de que la causa aislada más importante de los fallos en el funcionamiento celular y, por tanto, de las enfermedades, es la falta de bioenergía a nivel celular.
Las principales moléculas de bioenergía que necesitan las células para funcionar adecuadamente son los biocatalizadores, unas pequeñas moléculas que aceleran las reacciones químicas que tienen lugar en estas células. Las más importantes entre estas moléculas son las vitaminas, los minerales, los oligoelementos y algunos aminoácidos. La Medicina Celular es un nuevo campo de investigación que aplica estos conocimientos para prevenir y tratar las enfermedades más comunes de la actualidad.
La medicina farmacéutica, por el contrario, no trata el origen de la enfermedad (déficit de nutrientes a nivel celular), sino que solo trata los síntomas: analgésicos para el dolor de cabeza, antiácidos para la acidez de estómago, antiinflamatorios para la artritis, etc.
Además, la medicina basada en fármacos es muy peligrosa. En 1998, por ejemplo, el Journal of the American Medical Association publicó un estudio según el cual en 1994 alrededor de 2 216 000 pacientes hospitalizados en Estados Unidos sufrieron una grave reacción adversa a medicamentos (RAM) y 106 000 tuvieron una RAM que les causó la muerte. Esto indica que los medicamentos con receta administrados en hospitales por personal médico cualificado siguiendo las instrucciones del fabricante estuvieron entre la cuarta y la sexta causa de muerte en los Estados Unidos en ese año. Más recientemente, en el 2004, la Food and Drug Administration de los EE.UU. calculó que en los cinco años que estuvo en el mercado, un único medicamento, Vioxx, provocó entre 88 000 y 139 000 ataques al corazón, de los cuales el 30-40% probablemente tuvieron resultados fatales.
Por el contrario, las terapias naturales basadas en los principios de la Medicina Celular son mucho más seguras que la comida que tomamos a diario. Tanto que se ha calculado, basándose en datos recopilados de estadísticas del gobierno de Nueva Zelanda, que el riesgo de morir como consecuencia de tomar un suplemento alimenticio está más o menos entre el riesgo de morir por el impacto de un rayo y por el de un meteorito.
¡Sí! La página web de la Fundación del Dr. Rath para la Salud incluye detalles de muchos e importantes estudios clínicos que documentan la importancia incomparable de los micronutrientes y la nutrición para mantener una salud óptima.
Junto con nuestras páginas Cellular Health y WHO Documents, no hay una «biblioteca» más completa sobre los beneficios para la salud de las vitaminas, los micronutrientes y la nutrición en la lucha contra las enfermedades más comunes hoy día en el mundo industrializado y en vías de desarrollo.
Para documentar estos estudios e informes hemos procurado incluir estudios lo más antiguos posible para demostrar que ya se disponía de muchísimos conocimientos y datos científicos acerca de la salud natural hace 50, 60, 70 e incluso 80 años.
Las terapias basadas en el uso de vitaminas, minerales, aminoácidos y otros nutrientes esenciales naturales no tienen ningún interés para la industria farmacéutica porque no se pueden patentar.
Pero los fármacos sintéticos patentados que fabrica la industria farmacéutica sí se pueden patentar y las ventas farmacéuticas totales en el mundo crecieron un 7% en el 2006, alcanzando los 643 000 millones de dólares. En otras palabras, el total de las ventas en el mundo de la industria farmacéutica en un único año asciende a más de medio billón de dólares.
El mercado de la industria farmacéutica es el cuerpo humano, pero solo mientras el cuerpo sea presa de enfermedades. Así, la existencia y expansión de las enfermedades son requisitos para el crecimiento de la industria farmacéutica.
Una estrategia clave para lograr este objetivo es el desarrollo de fármacos que solo enmascaren los síntomas, pero no curen ni eliminen las enfermedades. Esto explica por qué la mayoría de los fármacos con receta existentes actualmente en el mercado no tienen ninguna eficacia demostrada y solo tratan los síntomas.
Mientras el impulso y la expansión de las enfermedades hacen crecer el mercado de la industria de inversión farmacéutica, la prevención y el tratamiento de la causa de las enfermedades reducen su rentabilidad a largo plazo; así que esta industria los evita o incluso les pone obstáculos. Y lo peor de todo, la erradicación de las enfermedades, por naturaleza, es incompatible y se opone diametralmente a los intereses de la industria de inversión farmacéutica.
Las vitaminas y otras terapias eficaces de medicina natural que mejoran el metabolismo celular amenazan, por tanto, el «negocio farmacéutico con la enfermedad» porque se dirigen a la causa celular de las enfermedades más comunes hoy día y no se pueden patentar.
Más información en The Laws of the Pharmaceutical Industry
Falta de vitamina es factor de riesgo para jóvenes en EU
Internacional - Lunes 3 de agosto
El Financiero en línea
Chicago, 3 de agosto.- La baja presencia de vitamina D en los organismos de adolescentes estadunidenses es un factor de riesgo asociado fuertemente con padecimientos como hipertensión, hiperglucemia y síndrome metabólico, aseguran especialistas.
En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California y de la Escuela de Medicina Johns Hopkins, de Maryland, se encontró que una baja presencia de vitamina D predispone a los jóvenes a enfermedades cardiometabólicas.
Los investigadores, coordinados por el doctor Jared P. Reis, examinaron en ayunas los niveles de vitamina D en tres mil 577 jóvenes de entre 12 y 19 años, mismos que participaron en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2001-2004.
Los resultados del análisis, que serán publicados esta semana en la Revista Pediatrics de la Asociación Americana de Pediatría, mostraron niveles más bajos de vitamina D en la población afroamericana, intermedios en los adolescentes mexicoamericanos y una más alta presencia en anglosajones.
Los niveles bajos de vitamina D fueron asociados inmediatamente a sobrepeso y obesidad abdominal, pero después siguió un análisis de elementos como la edad, el sexo, la raza/pertenencia étnica, índice de masa corporal, estado socioeconómico, y la actividad física.
Entonces los niveles se vincularon con la presión arterial sistólica, presión sanguínea, concentraciones de glucosa del plasma, entre otros. Los investigadores concluyeron en que una baja presencia de vitamina D es factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares en adolescentes de Estados Unidos.
La vitamina D se encuentra en alimentos como la leche y los huevos y funciona en la regulación del paso del calcio a los huesos. Una deficiente presencia tiene que ver con una dieta no balanceada.
La revista Pediatrics también incluye esta semana los resultados de un estudio que indican un incremento de 150 por ciento en los casos de lesiones de niños y adolescentes durante sus clases escolares de educación física, durante los últimos 11 años.
El estudio denominado "Lesiones de la clase de educación física tratadas en los departamentos de urgencias de los hospitales de Estados Unidos durante 1997-2007", fue realizado por especialistas de las universidades de Columbus, Ohio.
Asegura que la actividad física es un componente clave de la salud, y que muchas escuelas están aumentando requisitos en esta disciplina, particularmente para ayudar a prevenir la obesidad en los niños.
Los especialistas, encabezados por Nicolas G. Nelson, analizaron datos de 405 mil 305 niños y adolescentes de cinco a 18 años, atendidos en los departamentos de urgencias médicas.
Cerca del 70 por ciento de las lesiones ocurrieron durante seis actividades realizadas dentro de las clases de educación física: atletismo, basquetbol, fútbol americano y soccer, voleybol y gimnasia.
Fueron encontradas diferencias en las lesiones sufridas entre niños y niñas, de tal forma que los varones reportaron más heridas y fracturas ocasionadas por colisión con una persona o estructura durante el juego o en una actividad grupal.
En tanto, las mujeres registraron un mayor número de tensiones y esguinces en las piernas y lesiones durante actividades individuales. La mayoría de los heridos, el 52 por ciento, pertenecían a edades de los 13 a los 15 años.
Los investigadores recomiendan desarrollar estrategias para la prevención de lesiones durante la actividad física en las escuelas y resaltan la importancia cada vez mayor de esta disciplina para conservar la salud de los niños y jóvenes. (Con información de Notimex/MVC)
Lutz Kliche, Director Ejecutivo de la Fundación Dr. Rath para la Salud para América Latina, ofrece una exposición en la que recomienda preocuparse por tener un sistema inmunológico sano. Foto Diario Co Latino/Melvin Rivas |
De igual forma, entre las consecuencias de estas deficiencias de la alimentación no sólo están aquellas que afectan directamente al propio organismo sino que también están la disminución en el desempeño y pérdida del capital humano y el decremento en la productividad de los trabajadores.
"A diferencia de muchos otros impedimentos para el desarrollo social y económico, las deficiencias de vitaminas y minerales pueden reducirse con inversiones relativamente bajas en salud pública, agricultura y educación", afirmó el especialista en el tema Víctor Ruiz.
Existe la tecnología para resolver muchas de estas deficiencias, pero persisten por diversas razones, inclusive por la falta de conciencia entre los responsables de elaborar las políticas para resolverlas o por falta de conocimiento de los planificadores de los programas.
En los últimos decenios la comunidad de investigadores, los gobiernos, los organismos de desarrollo y las organizaciones no gubernamentales.
ONG han avanzado considerablemente en la determinación de los grupos que corren el mayor peligro de padecer deficiencias de consumo de micronutrientes y elaborar programas para mejorar a corto plazo determinadas deficiencias. Muchos países han adoptado las metas y los objetivos internacionales de reducir las deficiencias para fines del decenio en curso.
"No obstante, el avance en la promoción y ejecución de estrategias basadas en los alimentos para alcanzar estas mejoras sostenibles en el consumo de micronutrientes ha sido, en general, lento", señaló Ruiz.
En términos generales, a nivel mundial, las tres deficiencias de mayor repercusión en la salud pública son las de vitamina A, hierro y yodo. Estos nutrientes se denominan micronutrientes porque el organismo los requiere en cantidades minúsculas para crecer, desarrollarse y mantener la salud.
La deficiencia de vitamina A es la más frecuente entre los niños pequeños. Si no se atiende, puede producir ceguera y la muerte. La falta de hierro es la deficiencia alimentaria más común en todo el planeta, afecta principalmente a los niños y a las mujeres en edad reproductiva, produce anemia, que contribuye significativamente a la muerte materna y de neonatos.
La falta de yodo se da en las zonas montañosas y en las llanuras aluviales, donde las lluvias se han llevado el yodo del suelo; es la causa más frecuente de retraso mental evitable, comprendido el bajo coeficiente de inteligencia. Una falta grave de yodo puede producir cretinismo, mortalidad fetal tardía y defectos congénitos.
Abogan por consumir complementos alimenticios para aumentar los niveles de micronutrientes
Los adultos y adolescentes europeos a menudo no ingieren las vitaminas y minerales esenciales que necesitan a través de su dieta, ni tan siquiera aunque ésta sea equilibrada, aseguraron expertos en nutrición reunidos en la Universidad Politécnica de Madrid con motivo del I Seminario de Prensa Europeo sobre Vitaminas organizado por Bayer HealthCare.
Los especialistas debatieron en este encuentro sobre los últimos conocimientos y novedades científicas en torno a la importancia de la ingesta de vitaminas y los beneficios de las formulaciones y combinaciones específicas de vitaminas y minerales. "Los complementos alimenticios son la clave para mantener el bienestar y una buena salud a cualquier edad", afirmó el doctor Felix Reiff, Responsable Internacional de Unidades de Negocio Estratégicas de Bayer Consumer Care. "Además, son parte integral de un régimen de bienestar general y proporcionan beneficios específicos para la salud en determinados grupos de población, como las personas mayores o las mujeres embarazadas", agregó Reiff.
Los niveles inadecuados de micronutrientes entre la población de países industrializados son más habituales de lo que generalmente se cree. Así, más de la mitad de los adolescentes que participaron en un estudio tenían los niveles de vitamina D más bajos de lo recomendado, señaló Marcela González-Gross, profesora de Deporte, Nutrición y Psicología de la Universidad Politécnica de Madrid, quien presentó durante el seminario las conclusiones de este reciente trabajo, que ha coordinado a escala internacional, sobre el estado nutricional y el estilo de vida de 3.500 adolescentes de 10 países europeos.
Directivos del cártel químico y farmacéutico I.G Farben sentados en el banquillo de acusados del tribunal de crímenes de guerra de Núremberg durante la Segunda Guerra Mundial. Acusados de haber perpetrado masacres o crímenes contra la humanidad, trece de ellos fueron encarcelados durante periodos comprendidos entre los dieciocho meses y los ocho años.
En agosto de 1947, dos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, 24 directivos del cartel químico y farmacéutico I.G. Farben comparecieron ante un tribunal internacional de crímenes de guerra en Núremberg, Alemania, acusados de haber cometido crímenes de lesa humanidad y asesinatos colectivos. El tribunal emitió su veredicto 11 meses después, condenando a trece de los acusados de la I.G. Farben a penas de prisión de entre 18 meses y ocho años.
60 años más tarde, en abril del 2008, observamos que la mayoría de los medios de comunicación del mundo difunden un sinfín de noticias que afirman que tomar un suplemento vitamínico puede causar una muerte prematura. Según un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, en nombre de Cochrane Collaboration, las pruebas en las que se utilizaron betacaroteno, vitamina A y vitamina E mostraron "un aumento significativo de la mortalidad", mientras que los ensayos con vitamina C "no tuvieron efectos relevantes".
Lea a continuación para descubrir lo que los medios de comunicación del mundo no le han contado sobre el estudio Cochrane, incluido el posible paralelismo histórico con los crímenes cometidos por los directivos del cartel I.G. Farben.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, que atribuye 15,3 millones de muertes a enfermedades cardiovasculares y 6 millones al cáncer cada año, resulta evidente que el potencial genocida de las recomendaciones de los investigadores de Cochrane (si pasasen a ser normativas nacionales de salud según las cuales se restringiera la venta de complementos vitamínicos) podría, finalmente, hacer que aumentara el número total de muertes causadas por los directivos de I.G Farben, anteriormente mencionados, por orden de magnitud.
Lo primero que hay que saber es que el reciente estudio de >Cochrane Collaboration no es un estudio clínico, sino un meta-análisis. Se trata de una distinción importante, ya que un estudio clínico consiste en unas pruebas científicas para saber cómo afecta un tratamiento a las personas, mientras que un meta-análisis es simplemente una evaluación estadística de los datos obtenidos a partir de varios estudios ya existentes deliberadamente seleccionados, recopilado y presentado como trabajo independiente.
Este meta-análisis utilizó 67 pruebas aleatorias con suplementos antioxidantes (vitaminas A, C, E, betacaroteno y selenio) y llegó a la conclusión de que las vitaminas A y E y el betacaroteno aumentan el riesgo de mortalidad hasta en un 16 %. Sin embargo, a pesar de haber contado con una gran cobertura mediática, se prestó muy poca atención al hecho de que este análisis ni tan siquiera era nuevo. De hecho, el mismo tema, los mismos estudios, y los mismos autores de Serbia, Dinamarca e Italia, fueron publicados hace un año en el Journal of the American Medical Association (JAMA). Por lo tanto, como cabía esperar, y como ha sido igualmente el caso con la versión de este año, el meta-análisis de JAMA ha suscitado las críticas de los científicos, nutricionistas y el sector de los complementos alimenticios. Como consecuencia, los autores admitieron más tarde que su boletín contenía errores y posteriormente JAMA publicó las correcciones del mismo.
Sin embargo, acabamos de constatar que se ha "amasado" de nuevo el mismo estudio y se ha publicado como "novedad".
Además, y como demuestra el siguiente artículo, este meta-análisis es simplemente el último de una creciente lista de publicaciones de los mismos autores en contra de los suplementos. En todas estas publicaciones queda claro que las conclusiones a las que habían llegado estaban básicamente preconcebidas incluso antes de escribir ni una sola palabra. Por ello, confiamos en que las pruebas que aquí presentamos demuestren sin ninguna duda que los autores en cuestión están tratando de convencer tanto a los gobiernos como a los centros médicos sobre la necesidad de adoptar medidas políticas urgentes para regular el consumo de vitaminas, clasificándolas como medicamentos peligrosos.
Sin embargo, según las investigaciones de la Salud Celular, que aconsejan el consumo diario de vitaminas como una medida básica preventiva y terapéutica para evitar las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y otras patologías, y los datos de la Organización Mundial de la Salud, que atribuye 15,3 millones de muertes a enfermedades cardiovasculares y 6 millones al cáncer cada año, resulta evidente que el potencial genocida de las recomendaciones de los investigadores de Cochrane (si pasasen a ser normativas nacionales de salud según las cuales se restringiera la venta de complementos vitamínicos) podría, finalmente, hacer que aumentara el número total de muertes causadas por los directivos de la I.G. Farben, anteriormente mencionados, por orden de magnitud.
Las estadísticas demuestran que los consumidores de suplementos vitamínicos tienen más posibilidades de fallecer por una descarga eléctrica o la picadura de una abeja o avispa, que por ingerir comprimidos de vitaminas.
De los 815 estudios sobre vitaminas que se tuvieron en cuenta en total para la evaluación, los autores tan sólo seleccionaron 68 de ellos para su análisis del 2007 publicado en JAMA, y 67 para el estudio Cochrane de este año. Resulta interesante destacar que, si bien estos investigadores estudiaban los efectos de los antioxidantes seleccionados en la mortalidad, no incluyeron estudios en los que ninguna persona falleciera durante el periodo de prueba o de seguimiento. Además, los estudios seleccionados diferían en gran medida unos de otros en lo que respecta a un gran número de aspectos importantes con repercusión en los resultados:
Es muy conocido el principio según el cual cuanto más similares son los estudios, mayor validez tiene el meta-análisis. Es casi como decir que uno obtiene resultados más acertados al comparar manzanas con manzanas en vez de manzanas con naranjas, por ejemplo. Sin embargo, en este caso los estudios eran muy divergentes, y las conclusiones a las que llegaron los autores no son coherentes con las de los estudios reales.
Hay que destacar en particular el hecho de que los autores observaran un efecto en la mortalidad estadísticamente significativo únicamente después de dividir estos 67 estudios en grupos de "alto riesgo" y "bajo riesgo" empleando sus propios criterios. Si no se procedía de esta manera no se obtenía ningún efecto. Incluso llegaron a reconocer que sus resultados contradecían estudios de observación, que demuestran los beneficios de los suplementos antioxidantes, y pruebas secundarias de prevención, como estudios sobre la prevención del cáncer publicados en revistas como Nutrition and Cancer, el Journal of the National Cancer Institute, y Diseases of the Colon & Rectum. Esto es un ejemplo de cómo la conclusión (los suplementos antioxidantes aumentan la mortalidad) estaba preconcebida, y de que los autores sólo llevaron a cabo la búsqueda de un método que apoyara tal conclusión.
Las estadísticas demuestran que las conclusiones alcanzadas gracias a este meta-análisis no guardan relación alguna con pruebas del mundo real.
Por ejemplo, los datos recogidos en la memoria del 2003 de la Asociación Americana de Centros para el Control de las Intoxicaciones Sistema de Vigilancia de Intoxicaciones (American Association of Poison Control Centres Toxic Exposure Surveillance System), que han sido publicados en el American Journal of Emergency Medicine de septiembre del 2004, demuestran que en el 2003 hubo un total de tan sólo 4 muertes por ingesta de suplementos vitamínicos en Estados Unidos.
Un estudio publicado por el American Journal of Clinical Nutrition en el 2005 calculó que aproximadamente el 70% de la población estadounidense tomaba un suplemento alimenticio al menos de vez en cuando, y un 40% de forma regular. Esto permite hacerse una idea de la cifra anteriormente mencionada. Teniendo en cuenta que Estados Unidos tiene 300 millones de personas en la actualidad, esto se traduce en que 210 millones de estadounidenses toman de vez en cuando suplementos alimenticios y 120 de forma regular, por lo que los suplementos alimenticios son extremadamente seguros.
Además, dejando a un lado la cuestión sobre si fueron las vitaminas o no las causantes de esas cuatro muertes (en nuestra opinión, en al menos dos de ellas esto es discutible), resulta relevante destacar que ninguna de las muertes se produjo por la ingesta de betacaroteno, vitamina A o vitamina E, que según el estudio Cochrane, son tres nutrientes que aumentan la mortalidad al ser ingeridos como suplemento.
Las estadísticas de Nueva Zelanda y Canadá confirman de nuevo que el riesgo de muerte por suplementos en relación con otros factores es sorprendentemente bajo. En ambos países, la investigación muestra que los consumidores de suplementos vitamínicos tienen más posibilidades de fallecer por un rayo o la picadura de una abeja o avispa, que por ingerir comprimidos de vitaminas.
Y por ello, en respuesta a la afirmación de que los suplementos vitamínicos antioxidantes aumentan la mortalidad, debemos plantear una pregunta muy sencilla: ¿dónde están los cuerpos?
Es evidente que los hospitales no están abarrotados de pacientes que sufren o mueren debido a los efectos de las vitaminas y otras terapias naturales. En cambio, se sabe que las reacciones adversas a los medicamentos cuestan al Servicio Nacional de Sanidad del Reino Unido 2.000 millones de libras esterlinas (4.000 millones de dólares americanos/ 2.500 millones de euros) al año, y las investigaciones demuestran que dichas reacciones son, en la actualidad, entre la cuarta y sexta causa de muerte más común de los pacientes hospitalizados en Estados Unidos, y la séptima en Suecia. Por lo tanto, se desprende que las ventas de medicamentos sintéticos tóxicos patentados de la industria farmacéutica mundial son responsables en la actualidad de asesinatos colectivos a una escala casi sin precedentes en la historia de la Humanidad.
Sin embargo, si los investigadores responsables del estudio Cochrane logran su propósito, serán los suplementos vitamínicos investigados científicamente, y no los medicamentos mortales de la industria farmacéutica, los que sean objeto de medidas políticas que aprueben restricciones draconianas que impidan disponer libremente de ellos. Sin ningún género de duda, las muertes que resultaran de dichas restricciones serían un crimen de lesa humanidad de proporciones verdaderamente inimaginables.
Teniendo en cuenta este posible desenlace, y que en el pasado fueron condenados directivos de las principales industrias farmacéuticas y químicas por haber cometido asesinatos colectivos, nos preguntamos si los intentos aparentes de los investigadores de Cochrane por ayudar a la multimillonaria industria farmacéutica de hoy en día a prohibir las terapias a base de vitaminas no patentables les conducirá también hasta eso, y serán condenados por tales asesinatos.
No fue una casualidad que la Cochrane Collaboration eligiese el Knowledge and Research Centre for Alternative Medicine (ViFAB), en Dinamarca, y el Copenhagen Trial Unit's Centre for Clinical Intervention Research, situado en el hospital universitario de Copenhague, Rigshospitalet, también en Dinamarca, como sus fuentes para sustentar este meta-análisis.
La legislación danesa relativa a los suplementos alimenticios es muy conocida por su severidad y sus restricciones. Hasta tal punto que, de hecho, en los últimos años, las campañas a favor de la medicina natural han manifestado su preocupación por que los ataques totalitarios de su gobierno a la libre elección y a la libertad (disfrazados como "seguridad del consumidor") terminen eliminando finalmente por completo el concepto de los suplementos en ese país.
Es fundamentalmente por eso por lo que las dos organizaciones danesas de apoyo en cuestión tienen una serie de conflictos de interés (ambas en cuanto a sus fuentes de financiación y sus tendencias institucionales) que plantean importantes preguntas en relación con el resultado de este meta-análisis.
Por ejemplo, los gastos operacionales de Knowledge and Research Centre for Alternative Medicine están siendo financiados por una asignación estipulada en la ley financiera danesa. Entre los miembros de su consejo hay representantes de la Asociación de Médicos danesa, del Consejo Nacional de Sanidad danés y del Ministerio de Sanidad y Prevención de Dinamarca.
En cuanto al hospital universitario de Copenhague, hay que destacar que entre sus unidades especializadas están el Finsen Laboratory, especializado en la investigación del cáncer; un Departamento de Radiaciones Biológicas, cuyas investigaciones se desarrollan gracias a la financiación de fondos estatales, asociaciones contra el cáncer, y fundaciones privadas; el Bartholin Institute, que cuenta con grupos de investigación del Cáncer/Inmunología y Diabetes; un Departamento de Hematología, que se encarga de los desórdenes, como linfomas malignos, mielomas múltiples, leucemias agudas, así como linfomas crónicos y desórdenes mieloproliferativos; y un Laboratorio de Investigación de Terapia Genética; entre otros.
Así, estando muy lejos de ser independientes e imparciales, se puede observar que los patrocinadores de este estudio tienen una clara predisposición hacia la medicina farmacéutica y están muy cerca de la postura del gobierno danés, claramente en contra de los suplementos.
Drummond Rennie, uno de los directores del Cochrane Center en San Francisco y subredactor del Journal of the American Medical Association, lleva reconociendo desde hace tiempo los riesgos que conllevan los conflictos de intereses de esta naturaleza. Por ejemplo, en el 2004, en unas declaraciones en el British Medical Journal, los describió diciendo que era de ingenuos pensar que aquellos que tenían un conflicto de interés financiero no se dejarían influir al realizar un estudio. Más en particular, añadió que existían cientos de estudios en los que se demostraba que los estudios e investigaciones estaban influidos por los conflictos de intereses financieros, y que siempre estaban orientados para favorecer el punto de vista del patrocinador comercial.
Como veremos a continuación, resulta que en el caso de al menos uno de los autores del meta-análisis de Cochrane, el Dr. Christian Gluud, las observaciones de Rennie tienen especial importancia.
Los campos de trabajo del investigador de Cochrane Christian Gluud son la investigación y el desarrollo farmacéutico. Teniendo en cuenta que también es Embajador y Miembro del Consejo de Asesoramiento Científico de Biologue, una organización danesa con una estrecha vinculación al Consorcio Farmacéutico danés, entre cuyos miembros están empresas farmacéuticas como AstraZeneca, ¿no es demasiada casualidad que pida que los suplementos antioxidantes estén regulados como los medicamentos?
Mientras que los medios de comunicación se han centrado sobre todo en el Dr. Goran Bjelakovic, jefe del equipo que ha elaborado el meta-análisis contra los suplementos, nos hemos dado cuenta de que se ha prestado menor atención a su principal co-autor, el Dr. Christian Gluud (teniendo en cuenta que este último parece tener varios conflictos de intereses y está relacionado con organizaciones que tienen una clara tendencia institucional hacia la medicina ortodoxa (por ejemplo, la farmacéutica)).
Además de su trabajo en el hospital universitario de Copenhague, Gluud también es Embajador y Miembro del Consejo de Asesoramiento Científico de BioLogue, en el que su campo de actividad es la investigación y desarrollo farmacéutico. La red BioLogue está muy integrada en el Consorcio Farmacéutico danés. Está compuesta por socios académicos, gubernamentales y normativos; empresas asociadas (incluidas empresas farmacéuticas como AstraZeneca Denmark) y la gran mayoría de investigadores biomédicos de Dinamarca. Entre los miembros del Comité de Dirección de BioLogue hay representantes de la Asociación Danesa de la Industria Farmacéutica y la Agencia de las Medicinas Danesas, entre otros. Por lo tanto, en lo que se refiere a la versión del meta-análisis de JAMA (2007), es importante señalar que se cree que Gluud ha sido quien ha obtenido los fondos para dicho metanálisis. Además, y como descubriremos más adelante, algunas fuentes incluso parecen deducir que Gluud es el principal autor del estudio Cochrane, más que Bjelakovic.
Cochrane Collaboration publicó el estudio del medicamento para migrañas Eletriptan, financiado en gran parte por Pfizer, el fabricante de Eletriptan, en un momento en el que el entonces presidente y consejero delegado de Pfizer, Henry McKinnell, también era el director de la editorial de The Cochrane Library, John Wiley and Sons.
Cochrane Collabloration se describe a sí misma como una "organización independiente", afirmando que fue fundada para "garantizar que la información actualizada y exacta sobre las intervenciones sanitarias está disponible a nivel mundial." Del mismo modo, ha declarado que sus principales tareas están siendo financiadas por los derechos de su editorial, John Wiley and Sons Limited, y que éstos provienen de las ventas de suscripciones a The Cochrane Library. Mientras tanto, parece ser que las entidades individuales de Cochrane Collaboration están siendo financiadas por una amplia variedad de organismos gubernamentales, institucionales y de fondos privados, vinculados mediante una política a nivel organizacional que limita la utilización de los fondos de los patrocinadores corporativos.
Sin embargo, como veremos, tras todas estas afirmaciones existe un número importante e incómodo de hechos que los grandes medios de comunicación, en su impaciencia aparente por informarnos sobre una posible muerte prematura por ingerir suplementos vitamínicos, han tratado curiosamente de ocultar.
En cuanto a la tan proclamada declaración de Cochrane, por ejemplo, en la que dice ser "independiente", resulta que la validez de esta afirmación es muy discutible desde hace tiempo. En octubre del 2003, el British Medical Journal (BMJ) señaló que la página web de Cochrane incluía dos estudios sobre medicamentos para la migraña (Eletriptan y Rizatriptan), que fueron en gran parte financiados por Pfizer, el fabricante de Eletriptan.
Mientras que el principal investigador de ambos estudios, Andrew Moore, ha afirmado que defiende firmemente el patrocinio de Pfizer, el hecho es que tanto él como otros investigadores de Eletriptan han trabajado como asesores para empresas farmacéuticas y otros organismos, y han recibido becas para la investigación por parte de la industria, el gobierno y organizaciones benéficas. Por tanto, existe un argumento de peso para decir que la defensa de Moore de los dos estudios de medicamentos para la migraña es de todo menos independiente.
Y para empeorar la situación, Cochrane publicó el estudio de Eletriptan en un momento en el que el entonces presidente y consejero delegado de Pfizer, Henry McKinnell, también era el director de la editorial de Cochrane Library, John Wiley and Sons.
Sin embargo, y a pesar de todos estos importantes conflictos de interés, en este mismo momento (mayo del 2008) tanto el estudio de Eletriptan como el de Rizatriptan están disponibles en la página web de Cochrane.
Es por eso que en noviembre del 2003, cuando el BMJ hizo público que Cochrane se enfrentaba a una encrucijada por el patrocinio de la empresa farmacéutica, y los miembros de Cochrane decían que las empresas farmacéuticas les ofrecían dinero en metálico por unos estudios favorables, la dirección de Cochrane no tuvo más remedio que anunciar que estaba actuando de esa manera para despejar los miedos sobre la influencia de la industria.
Sin embargo, aunque el tema del patrocinio de las empresas farmacéuticas predominó posteriormente en la conferencia anual de Cochrane del 2003 en Barcelona (los principales patrocinadores de ésta fueron empresas farmacéuticas como Merck Sharpe & Dohme, Novartis, y AstraZeneca, cuyos logos figuraban en la primera página del programa de la conferencia), la dirección de Cochrane no tomó una decisión y en vez de eso, optó por plantear una consulta compleja a sus miembros.
Posteriormente, en febrero del 2004 se propusieron unos límites a la financiación comercial, que quedaron plasmados en una nueva política publicada en abril del 2004. No obstante, al estudiar con detenimiento la política actual de Cochrane sobre el patrocinio comercial se puede observar que todavía existen importantes anomalías.
Por ejemplo, el personal empleado por una empresa farmacéutica sigue pudiendo participar en estudios relacionados con productos fabricados por dicha empresa. Es igual de importante señalar que tampoco existe ninguna norma que prohíba a las personas que trabajan para una empresa farmacéutica, o como asesores para empresas farmacéuticas, o que han recibido una beca de investigación por parte de empresas farmacéuticas, participar en estudios de productos de la competencia o sistemas de medicina, como las terapias de vitaminas.
Además, la política actual de Cochrane establece específicamente que los ministerios del gobierno, las compañías de seguros sin ánimo de lucro y las organizaciones de gestión sanitaria no se consideran fuentes comerciales. Por tanto, a pesar de que la mayoría de éstos están muy vinculados y suelen prestar todo su apoyo a la industria farmacéutica, pueden seguir patrocinando los estudios de Cochrane. Por ejemplo, aunque se sabe a nivel mundial que la Administración de Medicamentos y Comida de Estados Unidos (FDA) está estrechamente relacionada con la industria farmacéutica, la política de Cochrane no impide que ésta, o sus homólogas en otros países, patrocine los estudios. Resulta revelador entonces que Cochrane, en su Memoria y Cuentas Anuales del ejercicio anual que finalizó el 31 de marzo del 2006, publique que el 79% de la financiación para la realización de los estudios proviene en su totalidad de "fondos del gobierno nacional y transnacional (incluida la Unión Europea), normalmente de Sanidad y los ministerios relacionados".
Por tanto, la declaración de Cochrane, en la que decía que había sido fundada para "garantizar que la información actualizada y exacta sobre las intervenciones sanitarias está disponible a nivel mundial", debe contraponerse al hecho de que la mayoría de sus fondos provienen de organismos con un fuerte vínculo, y que ofrecen todo su apoyo, a la industria farmacéutica. En vista de esto, apenas resulta sorprendente que la mayoría de sus estudios se centre en la valoración de terapias a base de medicamentos. De hecho, teniendo en cuenta lo anterior, resulta especialmente significativo que la mayoría de los miembros del Comité de Dirección de Cochrane Collaboration, encargado de dirigir sus actividades, trabaje para departamentos médicos, hospitales o departamentos sanitarios del gobierno, puesto que todos ellos están estrechamente vinculados por su naturaleza al mundo de la medicina ortodoxa (es decir, farmacéutica).
Como consecuencia, teniendo en cuenta que las terapias naturales, tales como los suplementos vitamínicos, están siendo sometidas en la actualidad a una presión cada vez mayor a nivel mundial por parte de gobiernos y sus respectivos ministerios de sanidad, no es muy difícil imaginar que Cochrane Collaboration no mordería la mano que le da de comer desde el punto de vista financiero, sobre todo después de las declaraciones en su Memoria y Cuentas Anuales, que afirman que "un importante número" de Centros y Grupos de Investigación de Cochrane Collaboration "están haciendo frente a una importante presión financiera" y que "otros están luchando por mantener la totalidad o parte de sus fondos".
Cochrane Collaboration ha declarado que sus principales tareas están siendo financiadas por los derechos de su editorial, John Wiley and Sons Limited, y que éstos provienen de las ventas de suscripciones a The Cochrane Library. Incluso en este caso resulta que las cosas no son tan sencillas como parecían en un principio.
Por ejemplo, el negocio científico, técnico, médico y académico de Wiley es conocido como Wiley-Blackwell, y publica más de 300 revistas médicas, entre las que hay que destacar: Cancer, la principal revista de la American Cancer Society; Cancer Science, la revista oficial de la Asociación contra el Cáncer japonesa; el European Journal of Cancer Care; Diabetic Medicine, la publicación de Diabetes UK; HIV Medicine, la revista oficial de la British HIV Association (BHIVA) y la European AIDS Clinical Society (EACS); el International Journal of Gynaecological Cancer, la revista oficial de la International Gynaecological Cancer Society y la European Society of Gynaecological Oncology; y el Journal of Interventional Cardiology.
Además, también hay que destacar la adquisición por parte de Wiley en 1996 del VCH Publishing Group, la publicación de las empresas farmacéuticas y químicas alemanas, haciendo de ella una de las editoriales de química más grandes del mundo.
Así pues, resulta evidente que Wiley, como editorial de The Cochrane Library, tiene un claro interés personal en la promoción de la medicina química y farmacéutica. Desde su punto de vista, dar publicidad a alternativas naturales no patentables, como las terapias de vitaminas, podría ser una amenaza para sus futuros beneficios.
Sorprendentemente, debido a la agitación mediática provocada por la publicación del estudio Cochrane, se prestó muy poca atención al objetivo final de los investigadores.
En unas declaraciones en un artículo del Medical News Today, los investigadores solicitaron "la instauración de medidas políticas urgentes" para una regulación estricta de los suplementos antioxidantes. Resulta todavía más interesante que el artículo del Medical News Today parece deducir que Christian Gluud (más que Goran Bjelakovic) fue el principal autor del estudio, y cita en particular a Gluud diciendo que "sin duda": "Tendríamos que pedir que las autoridades legislativas se atreviesen a regular la industria para que no sea dependiente desde el punto de vista financiero de la propia industria."
Por supuesto, si la crítica de Gluud hubiese estado dirigida a las empresas farmacéuticas (en el sentido en que las autoridades legislativas de prácticamente todo el mundo son muy dependientes de los derechos de patentes y otros ingresos de la industria farmacéutica), se trataría entonces de una crítica razonable. Por el contrario, tradicionalmente, en la mayoría de los países las compañías de vitaminas han contribuido muy poco o casi nada, desde el punto de vista financiero, a las autoridades gubernamentales encargadas de su regulación. Es importante señalar por tanto que Gluud olvidó mencionar este hecho relevante.
Por tanto, los periodistas más emprendedores (y por emprendedores entendemos periodistas que prefieren hacer sus propias investigaciones, no aquellos que toman el camino fácil y simplemente se limitan a tomar la conferencia de prensa de Cochrane Collaboration como base para sus artículos) deberían darse cuenta de que la reivindicación de estos investigadores pidiendo una regulación más estricta no es nueva, puesto que llevan haciendo las mismas declaraciones desde hace cuatro años ahora.
Del mismo modo, por ejemplo, en un estudio anterior de Cochrane, publicado en octubre del 2004, los mismos investigadores se las arreglaron para demostrar que no existían pruebas concluyentes sobre los efectos beneficiosos de los suplementos antioxidantes en cánceres gastrointestinales o en la mortalidad en general, y que el betacaroteno, la vitamina A, la vitamina C, y/o la vitamina E aumentaban la mortalidad en general. De forma significativa, declararon abiertamente en su estudio que "los suplementos antioxidantes deberían estar sometidos a la misma regulación que los medicamentos". También, durante ese mismo mes, Bjelakovic, Gluud y otros dos componentes de su equipo publicaron un estudio en Lancet, en el que dijeron que "no habían podido encontrar pruebas que demostraran que los suplementos antioxidantes pudiesen prevenir el cáncer gastrointestinal" y que, "por el contrario, parecían aumentar la mortalidad en general".
La coordinación de ambas publicaciones en octubre del 2004 fue muy importante, puesto que centraron la atención de los medios de comunicación de todo el mundo tan sólo unas semanas antes de que tuviese lugar una reunión crucial del Codex Committee on Nutrition and Foods for Special Dietary Uses (CCNFSDU), cuyo orden del día en esa ocasión incluía una reflexión sobre unas pautas restrictivas globales propuestas relativas a los suplementos vitamínicos y minerales. Patrocinados por la Organización Mundial de la Salud y la Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, las principales funciones de los comités Codex consisten en elaborar normas y directrices para las industrias alimenticias y de suplementos alimenticios de todo el mundo. Los textos de Codex son vinculantes de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OMC), que los utiliza como punto de referencia a la hora de deliberar en conflictos comerciales internacionales relacionados con productos alimenticios. Es por ello que los países miembro de la OMC suelen basar su legislación nacional sobre alimentos en las normas y directrices Codex, no sólo como medio de promoción del comercio internacional, sino también para evitar que se presenten onerosos conflictos comerciales contra ellos en la OMC.
Por tanto, resulta significativo que las directrices propuestas para los suplementos vitamínicos y minerales por Codex hayan estado sometidas a virulentas protestas en todo el mundo durante muchos años, y, como consecuencia, su aprobación está paralizada básicamente desde mediados de los años 1990. Sin embargo, puede que debido en parte a los esfuerzos de Bjekalovic, Gluud y su equipo, la reunión del CCNFSDU del 2004 decidió que las directrices debían progresar para su aprobación final en el Paso 8.
Finalmente, en lo referente al objetivo final de los investigadores de Cochrane, hay que resaltar también que Bjelakovic y Gluud escribieron un editorial especialmente revelador el 16 de mayo del 2007, publicado en el Journal of the National Cancer Institute. Hablando sobre un estudio en el que se afirmaba que el consumo de complejos multivitamínicos podía aumentar el riesgo de contraer un cáncer de próstata avanzado o mortal, declararon que los autores de dicho estudio "añadían datos a las cada vez más numerosas pruebas que cuestionaban los beneficios de los comprimidos de vitaminas para las poblaciones bien nutridas y subrayaban la posibilidad de que los suplementos antioxidantes tuviesen consecuencias inesperadas para nuestra salud". En la conclusión de su editorial, Bjekalovic y Gluud sugirieron que los suplementos deberían someterse a unas pruebas para saber cuáles eran sus beneficios y perjuicios antes de entrar en el mercado, e insinuaron que debían recibir el mismo trato que los productos farmacéuticos. Como era de esperar, por supuesto, olvidaron mencionar que dichas pruebas tendrían un coste prohibitivo para sustancias no patentables, como las vitaminas, y que sólo las sustancias patentables, como los productos químicos sintéticos, daban la posibilidad de recuperar el alto coste invertido.
Como tal, teniendo en cuenta la absurda deducción de Gluud, que decía que las autoridades legislativas eran "dependientes desde el punto de vista financiero" de la "industria (de las vitaminas)", en contraposición a la industria multimillonaria de medicamentos químicos sintéticos, parecería que tanto él como Bjelakovic están desarrollando una costumbre de ignorar no sólo los estudios relevantes, sino también datos importantes.
La periodista Rachel Johnson escribió un artículo titulado "Not so vital vitamins" (Vitaminas no tan vitales) para el Sunday Times en el Reino Unido, en el que citaba el estudio Cochrane y afirmaba que comprar vitaminas era malgastar el dinero, alegando que su consumo podía acortar la esperanza de vida. Sin embargo, más tarde confesó que "sabía que había algo turbio" en el estudio Cochrane pero que estaba "bajo presión para respaldarlo" aunque pensara "que era imposible sostener cualquiera de las conclusiones sobre el consumo de vitaminas".
Después de la oleada de protestas surgida a raíz de la reciente publicación de Cochrane, no tardaron en aparecer pruebas que demostraban que algunos editores de periódicos habían presionado a sus periodistas para que la respaldaran.
La escritora y periodista británica Rachel Johnson, por ejemplo, escribió un artículo titulado "Not so vital vitamins" (Vitaminas no tan vitales) para el Sunday Times en el que citaba al estudio, y decía que comprar vitaminas era malgastar el dinero, alegando que su consumo podía acortar la esperanza de vida.
Posteriormente sin embargo, tras haber sido obsequiada con un artículo (en el que se citaba una investigación publicada en el International Journal of Cancer) en el que una investigadora que afirmaba que las vitaminas podían acelerar el desarrollo del cáncer admitía haberse equivocado, Johnson confesó que "sabía que había algo turbio" en el estudio Cochrane pero que estaba "bajo presión para respaldarlo" aunque pensara "que era imposible sostener cualquiera de las conclusiones sobre el consumo de vitaminas".
¿Pero por qué Johnson estaba presionada? ¿Podía tener algo que ver con el hecho de que entre los anunciantes más recientes de las revistas Sunday Times había empresas como Garnier, una filial de L'Oréal (que es la empresa de cosméticos más grande del mundo y posee en la actualidad el 8,7% de las acciones de una de las empresas farmacéuticas más grandes del mundo, Sanofi-Aventis); Boots, el principal mayorista y minorista farmacéutico; y BUPA, el principal proveedor de seguros de salud del Reino Unido?
Y si finalmente se prohíbe a las personas tener libre acceso a las terapias medicinales naturales y seguras, los medicamentos farmacéuticos serán la única opción que les quede disponible.
Como ocurrió también en el caso del estudio Cochrane y del Lancet en el 2004, la publicación de este último meta-análisis de Cochrane llega en un momento crítico de la batalla internacional por mantener el libre acceso a las terapias de vitaminas no patentables.
La Comisión Europea, con la ayuda y el apoyo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, siglas en inglés), está en la última fase para establecer unos niveles máximos permitidos para los suplementos vitamínicos y minerales. En la actualidad, se espera que dichos niveles se anuncien en algún momento antes de enero del 2009 y, en muchos casos, las dosis permitidas serán bastante inferiores a las necesarias para prevenir enfermedades crónicas y promover una salud sana.
Mientras, en Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos y muchos otros países, también están tomando medidas legislativas para aprobar restricciones para la disponibilidad de terapias naturales. Por lo tanto, si estas medidas llegaran a buen término y, posteriormente, los pacientes se viesen obligados a comulgar en el altar mortal de la farma medicina, se producirían millones de muertes que de otro modo podrían haberse evitado mediante la aplicación de la investigación en la Salud Celular.
Teniendo todo esto en cuenta, la pregunta que debería plantearse es si las medidas deliberadas de los investigadores de Cochrane (al apoyar y alentar a aquellos que quieren adoptar medidas draconianas para los suplementos vitamínicos) son potencialmente punibles como delito.
Hagamos un breve resumen para responder a esta pregunta.
Primero, sabemos que la investigación en Salud Celular puede posiblemente salvar millones de vidas. También sabemos que la mayoría de los medicamentos prescritos no funcionan para la mayoría de las personas, y que las reacciones adversas a los medicamentos se encuentran entre las causas de muerte número 4 y 6 en pacientes hospitalizados en Estados Unidos. Y si finalmente se prohíbe a las personas tener libre acceso a las terapias medicinales naturales y seguras, los medicamentos farmacéuticos serán la única opción que les quede disponible.
En lo que se refiere al reciente meta-análisis de Cochrane, sabemos que las dos organizaciones que lo apoyaron (el Knowledge and Research Centre for Alternative Medicine (ViFAB) en Dinamarca, y el Copenhagen Trial Unit's Centre for Clinical Intervention Research, situado en el hospital universitario de Copenhague, Rigshospitalet, también en Dinamarca) tienen una clara tendencia hacia la medicina farmacéutica y una vinculación muy cercana al gobierno danés, que está en contra de los suplementos.
Además, también sabemos que la mayoría de los fondos de Cochrane Collaboration provienen de organismos con una fuerte vinculación y apoyo a la industria farmacéutica, y que Wiley, la editorial de The Cochrane Library, tiene un interés personal en promocionar la medicina química y farmacéutica.
Finalmente, y puede que sea el dato más importante de todos, sabemos que las principales áreas de trabajo de Christian Gluud, uno de los principales autores del metanálisis de Cochrane, son la investigación y el desarrollo farmacéutico, y que tiene varios conflictos de interés y relaciones con organizaciones con una clara tendencia institucional hacia la medicina ortodoxa.
Por lo tanto, teniendo en cuenta todo lo anterior, cuando Gluud y sus colegas demandan "medidas políticas urgentes" para la regulación severa de los suplementos, ¿qué podemos concluir? ¿Debemos creer que todos los conflictos de interés anteriormente citados son pura coincidencia, y que los actuales esfuerzos de Gluud y sus colegas para desacreditar a las terapias de vitaminas no patentables no intentan salvaguardar de alguna manera los intereses de la industria farmacéutica mundial y su Inversión "Negocio con Enfermedad"?
Francamente, creemos que los datos aquí presentados tienen suficiente peso como para que cualquier persona razonable rechace las reivindicaciones de plano. De hecho, esperamos que los encargados de organizar la campaña "las vitaminas provocan una muerte prematura" rindan cuentas por sus actos.
La justicia prevalecerá. La salud y las vidas de millones de personas dependen de ella.
A parte del selenio o el betacaroteno, existen dos minerales con gran poder antioxidante como son el zinc y el manganeso. Todos ellos nos protegen frente a agresiones externas, frente a los radicales libres. Como en la dieta no los tomamos en cantidades suficientes, debemos recurrir necesariamente a los complementos alimentarios tipo Symbion.
Los antioxidantes son necesarios porque el tipo de vida que llevamos nos produce muchos radicales libres, que van estropeando el sistema celular de las personas.
El zinc es un antioxidante que como muchos otros se encuentra en la naturaleza, en los alimentos como la carne, las ostras, las yemas de huevo, el pan integral, la leche y otros pero el problema radica en que o bien no están en la cantidad necesaria o bien nuestro organismo no los absorbe como debiera. El zinc actúa sobre la secreción de insulina, potenciando los antioxidantes que son las vitaminas, estimulando las metaloenzimas con una función vital en la salud.
El manganeso también potencia las acciones de las vitaminas A y C, tiene también poder sobre el sistema inmunológico, eliminando los radicales libres y es una metaloenzima al igual que el zinc con una actividad potente sobre el mecanismo de los lípidos. En las fórmulas farmacéuticas ya se suministran en las dosis adecuadas para reportar el beneficio al usuario, ya que no es bueno ni la carencia ni el exceso de los minerales.
Existe un solo producto que aúna conjuntamente zinc, manganeso y selenio, que es el Symbion ACE Selenio, que está considerado un complemento alimenticio bajo la supervisión de un farmacéutico, que es el debe proteger al usuario, recomienda Jesús Benavides, farmacéutico.
Aquellas personas con una vida desordenada, fumadores, personas con graves problemas de estrés, mujeres embarazadas, los lesionados por quemaduras, y en general todos aquellos que precisan de alguna regeneración celular, son los que deben tomar Symbion ACE Selenio.
Los efectos positivos que su toma produce, son múltiples, ya que potencia la actividad, el dinamismo, mejora la visión (mayor poder resolutivo) ya que al parecer tras 60 días de la toma de este compuesto, produce una mejora en la estructura celular de la retina.
Este fármaco, ayudará a prevenir la astenia primaveral y para proteger y prevenir a la piel de los rayos solares que atacarán nuestra piel en verano.
Reproducir Entrevista a Jesús Benavides, farmacéutico (7:33 minutos)
TITULO : Hormesis: La Revolución de la Dosis y la Respuesta
AUTOR : Calabrese EJ y Baldwin LA
REVISTA : [Hormesis: The Dose-Response Revolution]
CITA : Annual Review of Pharmacology and Toxicology 43:175-197, 2003
MICRO : La hormesis, un fenómeno de relación entre la dosis y la respuesta, caracterizada por estimulación a bajas dosis e inhibición con altas dosis, ha sido frecuentemente observada en estudios adecuadamente diseñados, y es ampliamente generalizable como independiente de los agentes fisicoquímicos, el modelo biológico y el objetivo de evaluación.
Introducción
Durante los últimos 5 años se ha evidenciado que existen numerosas respuestas a la exposición de los agentes fisicoquímicos que ocurren más allá del nivel de los efectos adversos. Estos hallazgos pueden tener profundas consecuencias sobre la salud de los individuos y ponen a prueba no sólo cómo se diseñan los estudios, se integran los datos y se aplican los modelos de extrapolación bioestadística, sino cómo se define la propia toxicología. En realidad, señalan los autores, los datos emergentes sobre la relación entre la dosis y la respuesta sugieren con fuerza que los paradigmas que han guiado la toxicología durante tanto tiempo deberían ser redefinidos hacia el estudio de la "respuesta a la dosis total continuada". Además de sugerirse que la propia definición de la toxicología debería ser cambiada, ¿hacia donde lleva la revolución de la dosis y la respuesta?
¿Qué es la revolución de la dosis y la respuesta?
La revolución de la dosis y la respuesta es el cambio en la percepción de que la naturaleza fundamental del fenómeno dosis y respuesta no es lineal ni con umbral, sino en forma de U. La asunción de un umbral fue adoptada en experimentos comunes de observaciones físicas (puntos de fusión y de ebullición) y biológicas (determinación de respuestas a dosis elevadas). Además, en los objetivos de evaluación, tales como las enzimas séricas y los parámetros hematológicos, que son fácil y confiablemente medidos, se determinaron sus umbrales como la observación dominante. La linealidad de la baja dosis es una motivación de salud pública basada en la teoría, construida bioestadísticamente, imposible de determinar en cualquier práctica experimental concebible.
La comunidad toxicológica reconoce la existencia de dosis y respuestas con forma de U, no sólo como reales en casos específicos, sino también como ampliamente generalizables.
Sin embargo, la aceptación de dosis y respuestas en forma de U generalizadas y reales ha sido difícil de lograr, debido a múltiples motivos. En primer lugar, la toxicología ha sido progresiva e insidiosamente dependiente del rol de los gobiernos. En segundo lugar, existe el temor entre la comunidad toxicológica de que la aceptación de la hormesis como principio implique que bajas dosis de al menos algunas, aunque seguramente la mayoría de las sustancias tóxicas, produzcan efecto beneficioso en bajas dosis, como longevidad aumentada o disminución de incidencia de enfermedades. Tercero, la creencia de la universalidad de los umbrales biológicos está firmemente establecida y aceptada por la comunidad científica y los organismos regulatorios de la salud pública desde el comienzo del siglo XX. En cuarto lugar, a pesar de que los fenómenos de hormesis sean generalizados y reales, no son en realidad vistos demasiado frecuentemente, ya que su determinación requiere diseños de estudios ajustados y de gran tamaño, con un gran número de dosis, por encima y por debajo del nivel de los efectos adversos no observados (NEANO), adecuados en el tiempo y frecuentemente con un componente temporal. Por último, la estimulación por medio de bajas dosis es bastante moderada, como máximo, es sólo aproximadamente 30% a 60% mayor que los controles.
Evidencia de existencia de la hormesis
En 1996, los autores decidieron determinar si la hipótesis de la hormesis era toxicológicamente verosímil; para eso establecieron los criterios iniciales sobre la existencia del fenómeno, sobre la base de la conformidad de la dosis y respuesta con la curva beta hormética. Para establecer la hipótesis de manera objetiva desarrollaron criterios basados en el diseño de los estudios, características cuantitativas de las dosis y las respuestas, significación estadística y reproducibilidad de los hallazgos experimentales. Estos conceptos fueron transformados en una secuencia matemática y luego se aplicaron a miles de investigaciones toxicológicas.
Los autores determinaron que un gran número de estudios toxicológicos expresaban relaciones dosis y respuestas de forma bifásica hormética. Los hallazgos revelaron que tales efectos eran no sólo observados comúnmente entre las clases químicas y las fuerzas físicas, modelos animales, edad y género de los individuos y evaluaciones biológicas, sino también ampliamente generalizables. Asimismo, establecieron los datos cuantitativos de la dosis y respuesta hormética.
Además de estratificar los datos y los criterios evaluativos para la hormesis, llevaron adelante una perspectiva complementaria, acerca de si la estimulación con bajas dosis podría haber ocurrido por un proceso aleatorio. De las aproximadamente 1800 dosis por encima del NEANO, establecieron la proporción de respuestas que diferían estadísticamente de los controles en dirección de la hormesis, o en dirección opuesta. Si las respuestas fueran aleatorias, sería de esperar que variaran en forma similar para cada posibilidad. Sin embargo, las respuestas que mostraron significación estadística en dirección hormética, ocurrieron 32 veces más frecuentemente que en la dirección opuesta. Estos hallazgos apoyan firmemente la conclusión de que las respuestas horméticas no pueden ser explicadas por procesos aleatorios.
La siguiente crítica fue formulada por algunos investigadores que indicaban la necesidad de demostrar los mecanismos subyacentes a la hormesis para aumentar la credibilidad. Al respecto, se encontró que los investigadores típicamente utilizan los agonistas y antagonistas sintéticos, para analizar y luego reconstruir sus informes bifásicos de dosis y respuestas, por lo que el argumento en contra de la hipótesis hormética, como el de la frecuencia del acontecimiento, ya no es sostenible. La conclusión principal revelada por numerosas investigaciones orientadas en forma mecánica es que no hay un único mecanismo hormético. Cada evaluación considerada en un análisis hormético puede estar afectada por diferentes sistemas de receptores o por interacción entre los sistemas de receptores. Lo que cada mecanismo tiene en común es el hecho cuantitativo de la curva de dosis y respuesta, es decir que la amplitud y gama de respuesta estimulatoria con las bajas dosis, y su relación con el NEANO son sorprendentemente similares, independientemente del agente, modelo u objetivo de evaluación. Esto apoya con firmeza la conclusión de que el proceso hormético representa una estrategia común para la distribución de recursos, cuando los sistemas necesitan responder a perturbaciones metabólicas de bajo nivel.
El siguiente argumento empleado en contra de la hormesis es que no hay evidencia convincente de que sea operativa en el caso de neoplasias y mutaciones. Si bien existen desafíos particulares frente a la hormesis en términos de esos objetivos de evaluación, también hay en la literatura un gran número de casos que comprueban respuestas horméticas en varios estadios del proceso de carcinogénesis, incluso la formación tumoral, como las neoplasias inducidas por químicos y por la radiación. Los ejemplos discutidos no constituyen casos triviales ya que algunos fueron informados por laboratorios de gran experiencia, especialmente en el caso de la radiación, en donde los estudios han sido muy importantes, con cientos y a veces miles de animales, dosis, y tamaños de muestras que exceden los empleados en algunos ensayos de los EE.UU.
¿Cuándo existe evidencia suficiente?
Si bien los autores consideran que la evidencia acumulada es suficiente para colocar la hormesis en un lugar seguro de la toxicología, un hecho crítico es qué papel juega en la determinación del riesgo. La principal pregunta es si la hormesis debería ser probada caso por caso o debería ser aceptada como una asunción por defecto. Para establecerla caso por caso se requeriría un cambio sustancial en la forma es que es efectuada la aleatorización, y afectaría el número de animales por tratamiento, la selección de objetivos a ser medidos, así como el modelo animal específico y la necesidad de demostrar replicación de los hallazgos críticos, dado que las respuestas horméticas son generalmente moderadas. Por este motivo, el abordaje caso por caso en la aceptación de la hormesis para fines de aprobación de drogas, si bien parece racional y adecuado, entorpecería su aplicación en forma amplia. La evidencia que apoya la generalización del modelo hormético es suficientemente convincente, con frecuencia es más significativa en comparación con el modelo tradicional de umbral, y argumenta para su aceptación como la principal opción dosis y respuesta por defecto. Esta conclusión se enfatiza aun más en la práctica debido a que los abordajes bioestadísticos no pueden distinguir en forma preferencial entre los posibles modelos de dosis y respuesta para la mayoría de los experimentos individuales, dadas las limitaciones en el diseño experimental. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta los datos provenientes del amplio cuerpo de los estudios disponibles, para derivar en asunciones por defecto con base toxicológica.
El concepto de hormesis se sostiene por su observación en áreas no toxicológicas
El significado de un concepto biológico es juzgado frecuentemente por su posibilidad de generalización y la extensión con que afecta disciplinas relacionadas. En este caso, el concepto hormético proporciona numerosas aplicaciones en múltiples áreas de las ciencias biológicas, así como provee las bases para los fundamentos teóricos dentro del amplio continuo de la evolución, la biología, la toxicología y la medicina.
Psicología experimental
Una ley muy conocida en psicología experimental describe una relación de dosis y respuesta cualitativa y cuantitativamente similar a la hormesis. Sus autores informaron en 1908 que el desempeño del aprendizaje en los roedores era optimizado por una pequeña cantidad de estrés, pero disminuía cuando ese estrés era muy bajo o muy alto. Esta observación es de interés considerable ya que proporciona un modelo experimental para establecer y manipular una dimensión cuantitativa de la dosis y la respuesta. Este fenómeno fue observado repetidamente durante el siglo pasado y rutinariamente discutido como un hecho general en numerosos textos de psicología introductoria. Investigaciones más recientes han explorado la sugerencia de que ese comportamiento puede estar relacionado con alteraciones endógenas en las concentraciones de los corticoides, y han reconstruido la dosis y respuesta bifásica de más estudios descriptivos en relación con los cambios bifásicos endógenos de los niveles de corticoesteroides.
Fitobiología
Alelopatía: Esta área de la biología vegetal estudia los efectos de los exudados de las raíces sobre los microorganismos y vegetales circundantes. Numerosos experimentos han demostrado que una amplia variedad de especies presentan respuestas bifásicas de tipo horméticas. Estas observaciones son notables porque sugieren que los efectos horméticos pueden ser instrumentos que afecten la aparición de sistemas ecológicos de sucesión primaria y secundaria. Además, numerosos investigadores han comenzado a utilizar el concepto de la hormesis en el contexto de la alelopatía para desarrollar herbicidas basados en productos naturales.
Herbicidas sintéticos: La medición a gran escala de agentes químicos ha demostrado fehacientemente la capacidad de los herbicidas para inducir respuestas bifásicas de dosis y respuesta de naturaleza hormética. El hallazgo de que bajas dosis de herbicidas pueden estimular el crecimiento vegetal tiene importantes implicaciones concernientes a la "corriente" herbicida y sus efectos sobre las cosechas.
Quimioterapéuticos
Numerosos agentes quimioterapéuticos como los antibacterianos, antivirales, antitumorales, antiangiogenéticos y el minoxidil presentan respuestas horméticas. Los datos temporales y cuantitativos de las dosis y las respuestas son similares a los informados para los agentes químicos y la radiación. El reconocimiento clínico de la respuesta hormética ha sido menospreciado, debido a que por lo general se focaliza sobre el funcionamiento de altas dosis de las drogas, ignorando la potenciación de la dosis bajas sobre los virus, bacterias, hongos o el crecimiento tumoral. Este hecho también se extiende al campo de los péptidos biológicos y su relación con el genoma humano.
Determinación del riesgo
Establecimiento del riesgo de azar
Si los efectos horméticos tienen alguna posibilidad, esto implica que la determinación de las estrategias por el riesgo de azar incluya un protocolo para establecer su posible aparición, ya que esto podría afectar el concepto y la derivación del NEANO, y podría cambiar si se determinara que la estimulación por bajas dosis es un efecto adverso. En este caso, la continuidad dosis y respuesta hormética, así como el incremento a bajas dosis y la disminución a altas dosis con respecto al control, podría ser evaluada como adversa. Sin embargo, si la estimulación con bajas dosis fuera considerada beneficiosa, tendría poco efecto directo sobre el concepto del NEANO, aunque podría afectar cómo se deriva el NEANO tradicional, así como desafiar el objetivo básico del procedimiento de determinación del riesgo, desplazándolo desde la focalización exclusiva sobre el hecho de evitar el potencial daño, a incluir también el concepto de beneficio.
Esas respuestas beneficiosas podrían incluir:
Los efectos adversos sobre la salud podrían ser simplemente respuestas opuestas a aquellas establecidas como beneficiosas. Sin embargo, habría un número de respuestas que serían difíciles de resolver y clasificar como beneficiosas o adversas sin más determinaciones detalladas. Esas respuestas podrían incluir, entre otras, aumento del peso de los órganos, incremento del aumento de peso, fecundidad aumentada y respuesta inmunitaria incrementada.
La capacidad de establecer la hormesis dentro del contexto de esos objetivos de evaluación y su sentido de salud pública requiere la selección cuidadosa del modelo animal junto con el diseño de estudio adecuado, así como la aceptación de la expectativa hormética como una asunción por defecto.
Muchos organismos de regulación emplean esa aceptación por defecto para el establecimiento del riesgo de azar, de la exposición y de la determinación del riesgo.
Luego de definir la dosis límite más alta de la continuidad dosis y respuesta se podrían determinar dosis adicionales para definir la zona de respuesta subNEANO, lo que a su vez puede tener importancia para establecer el tamaño de la muestra y el poder estadístico.
En la práctica, sería deseable utilizar modelos animales que fueran razonablemente susceptibles de desarrollar enfermedades inducidas por ciertos agentes que tuvieran antecedentes de baja incidencia, ya que la determinación de la hormesis sólo ha sido posible para unos pocos objetivos de evaluación en bioensayos de tipo crónico, es decir, cuando la incidencia de antecedentes es alta.
Caracterización del riesgo
Riesgo no carcinogenético: En el caso del establecimiento del riesgo no carcinogenético la metodología actual se limita a la derivación del NEANO, a la aplicación de factores inciertos que derivan en una dosis de referencia y a la aplicación de una fuente relacionada de contribución. El proceso de derivación estándar utiliza un plan de determinación del riesgo que asegura que un agente controlado no debería tener efecto perjudicial sobre la población general, así como sobre la mayoría de los miembros del subsegmento de alto riesgo de la población. El concepto de hormesis proporciona una serie de nuevas opciones de manejo del riesgo para los evaluadores. En este caso, si las respuestas estimulatorias con bajas dosis fueran asumidas como beneficiosas, el evaluador podría considerar la hormesis como un beneficio potencial para la sociedad y podría estimar un estándar óptimo de exposición basado en la población. Si bien esto podría ser complejo y de abordaje controversial, excede el mero interés académico: buscaría estimar no un riesgo muy disminuido, sino una dosis óptima beneficiosa para la población.
La opción del mínimo riesgo, que ha guiado esencialmente a todas las oficinas de regulación de medicamentos, coloca el énfasis fundamentalmente en evitar el daño, sin tener en cuenta el beneficio. El abordaje del beneficio optimizado debería estar basado en el concepto de la hormesis e incorporar los datos de la gama de riesgos y beneficios para estimar una exposición estándar. Una metodología de ese tipo requeriría integrar información cuantitativa de las dosis y respuestas a lo largo del tiempo, para los subsegmentos normal y de alto riesgo de la población, su proporción relativa dentro esa población, y los costos y beneficios relacionados con los objetivos relevantes de evaluación para cada dosis.
Riesgo carcinogenético: Debido a que el concepto hormético asume la existencia de umbrales a dosis más altas que las de la zona hormética, la aceptación de la hormesis podría cambiar la práctica actual de establecimiento del riesgo carcinogenético. Es importante conocer que las normas actuales de determinación metodológica para el riesgo de cáncer asumen que los modelos animal y humano son igualmente susceptibles, lo que contrasta con el del riesgo no cancerígeno, en el que se asume que los humanos son 10 veces más sensibles.
Sielken y Stevenson han emitido recomendaciones para incorporar la hormesis en la determinación del riesgo:
El hecho de que los valores horméticos infieran umbrales tanto para los objetivos de valuación cancerígenos como para los no cancerígenos, y que éstos presenten datos cuantitativamente similares de la respuesta hormética en el tiempo, indica hechos con base toxicológica para armonizar la determinación tanto del riesgo cancerígeno como del riesgo no cancerígeno.
Empleo de la hormesis para compatibilizar la determinación del riesgo cancerígeno y no cancerígeno
Los abordajes para los riesgos carcinogenéticos y no carcinogenéticos presentan fundamentalmente diferentes relaciones entre dosis y respuesta, ya que una es lineal a bajas dosis y la otra actúa a través de un umbral de dosis. Las determinaciones de la literatura hormética indican que la relación dosis y respuesta de las respuestas al cáncer inducidas por la radiación y los químicos, y las de las no cancerígenas, son fundamentalmente en forma de U. Además, los datos cuantitativos de dosis y respuesta en ambas instancias son similares e independientes de los mecanismos específicos farmacológicos y toxicológicos.
Si la relación de unidad por la vía del paradigma hormético pudo ser reconocida a mediados de la década de 1970, ha sido porque fue capaz de elaborar un marco integrado para la determinación del riesgo, por lo que, si la hormesis es un procedimiento efectivo, los encargados de la regulación de los medicamentos deberían incorporarla.
Desafío comunicativo
La aceptación de la hormesis será dificultosa porque:
A pesar de estos impedimentos, existen acciones que sugieren que el concepto de la hormesis podría ser incorporado por la sociedad.
Implicancias legales
Si bien deben ser más exploradas, el concepto ha comenzado a ser integrado a los estudios de leyes, tal como la incorporación de la idea de efectos beneficiosos inducidos por los contaminantes, en la determinación del riesgo y los procesos de costo y beneficio.
Discusión
La hormesis es un concepto toxicológico que ha sido marginado durante los últimos 70 años por varias generaciones de toxicólogos, si bien existen evidencias de cambios. La principal razón para esa marginación proviene del énfasis en el testeo de las altas dosis en el pasado histórico y reciente, y lo inadecuado de la gran mayoría de los diseños de estudios toxicológicos para establecer las respuestas subNEANO.
La hormesis ha sido vista como un desafío directo a la linealidad de las bajas dosis porque afirma la existencia de umbrales, aunque también implica la forma en que es determinado el riesgo de azar, que puede aplicarse tanto para el riesgo cancerígeno, como para el no cancerígeno.
El reconocimiento de que agonistas y antagonistas endógenos y exógenos presentan relaciones horméticas de dosis y respuesta, puede afectar no sólo la experimentación farmacológica sino también la práctica clínica. Existen numerosos ejemplos que indican que los agentes que actúan como antagonistas a altas dosis pueden ser agonistas parciales a dosis más bajas, de acuerdo con una respuesta de dosis hormética. Esto implica que los mismos agentes utilizados para tratar los tumores a altas concentraciones pueden potenciar su crecimiento a dosis más bajas. Los autores consideran que los datos sustantivos y en aumento en apoyo de la perspectiva hormética están en fases tempranas, y que los cambios en las ciencias biomédicas y toxicológicas serán vistos como una verdadera revolución, que afectará como una ola las percepciones, principios y actividades toxicológicas.
Ref : INET, SAMET, FARMA, CLMED
Resumen objetivo elaborado por el
Comité de Redacción Científica de SIIC
en base al artículo original completo
publicado por la fuente editorial.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC)
Los oligoelementos son bioelementos que se encuentran en cantidades pequeñísimas en los seres vivos y tanto su ausencia como una concentración por encima de su nivel característico puede ser perjudicial para el organismo.
Los siguientes elementos (listados alfabéticamente) son considerados oligoelementos en humanos:
Para otros elementos, como el litio, el estaño o el cadmio, su esencialidad no está totalmente aceptada; incluso de la anterior lista no está clara la esencialidad del bromo y el boro.
Hay otros elementos que están en una mayor cantidad en los seres humanos, por lo que no se les denomina elementos traza. En orden de abundancia (en peso) en el cuerpo humano: azufre, potasio, sodio, cloro y magnesio.
Los anteriores elementos son esenciales en seres humanos; hay elementos que sólo lo son en unos determinados seres vivos. Por ejemplo, el wolframio es esencial en algunos microorganismos.
Cada elemento tiene un rango óptimo de concentraciones dentro de los cuales el organismo, en esas condiciones, funciona adecuadamente; dependiendo del elemento este rango puede ser más o menos amplio. El organismo deja de funcionar adecuadamente tanto por presentar deficiencia como por presentar un exceso en uno de estos elementos.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Oligoelemento"
Las vitaminas (del latín vita (vida) + el griego αμμονιακός, ammoniakós "producto libio, amoníaco", con el sufijo latino ina "sustancia") son compuestos heterogéneos imprescindibles para la vida, que al ingerirlas de forma equilibrada y en dosis esenciales puede ser trascendental para promover el correcto funcionamiento fisiológico. La gran mayoría de las vitaminas esenciales no pueden ser sintetizadas (elaboradas) por el organismo, por lo que éste no puede obtenerlos más que a través de la ingesta equilibrada de vitaminas contenida en los alimentos naturales. Las vitaminas son nutrientes que junto a otros elementos nutricionales actúan como catalizadoras de todos los procesos fisiológicos (directa e indirectamente).
Las vitaminas son precursoras de coenzimas, (aunque no son propiamente enzimas) grupos prostéticos de las enzimas. Esto significa, que la molécula de la vitamina, con un pequeño cambio en su estructura, pasa a ser la molécula activa, sea ésta coenzima o no.
Los requerimientos mínimos diarios de las vitaminas no son muy altos, se necesitan tan solo dosis de miligramos o microgramos contenidas en grandes cantidades (proporcionalmente hablando) de alimentos naturales. Tanto la deficiencia como el exceso de los niveles vitamínicos corporales pueden producir enfermedades que van desde leves a graves e incluso muy graves como la pelagra o la demencia entre otras, e incluso la muerte.
La deficiencia de vitaminas se denomina avitaminosis, no "hipovitaminosis", mientras que el nivel excesivo de vitaminas se denomina hipervitaminosis.
Esta demostrado que las vitaminas del grupo "B" (complejo "B") son imprescindibles para el correcto funcionamiento del cerebro y el metabolismo corporal. Este grupo es hidrosoluble (solubles en agua) debido a ésto son eliminadas principalmente por la orina, lo cual hace que sea necesaria la ingesta diaria y constante de todas las vitaminas del complejo "B" (contenidas en los alimentos naturales).
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Las vitaminas se suelen clasificar según su solubilidad: en agua hidrosolubles o en lípidos liposolubles. En los seres humanos hay 13, 9 hidrosolubles (8 del complejo B y la vitamina C) y 4 liposolubles (A, D, E y K).
Éstas son peligrosas en grandes dosis porque el organismo no las puede eliminar fácilmente.
Una mnemónica para recordar las liposolubles A, D, K, E es "Ha de kaer" O "ADKE".
La deficiencia de vitaminas puede producir trastornos más o menos graves, según el grado de deficiencia, llegando incluso a la muerte. Respecto a la posibilidad de que estas deficiencias se produzcan en el mundo desarrollado hay posturas muy enfrentadas. Por un lado están los que aseguran que es prácticamente imposible que se produzca una avitaminosis, y por otro los que responden que es bastante difícil llegar a las dosis de vitaminas mínimas, y por tanto, es fácil adquirir un deficiencia, por lo menos leve.
Normalmente, los que alegan que es "poco probable" una avitaminosis son mayoría. Este grupo mayoritario argumenta que:
Por el lado contrario se responde que:
Por estos motivos un bando recomienda consumir suplementos vitamínicos si se sospecha que no se llega a las dosis necesarias. Por el contrario, el otro bando lo ve innecesario, y avisan que abusar de suplementos puede ser perjudicial.
Las vitaminas aunque son esenciales, pueden ser tóxicas en grandes cantidades. Unas son muy tóxicas y otras son inocuas incluso en cantidades muy altas.
La toxicidad puede variar según la forma de aplicar las dosis. Como ejemplo, la vitamina D se administra en cantidades suficientemente altas como para cubrir las necesidades para 6 meses; sin embargo, no se podría hacer lo mismo con vitamina B3 o B6, porque seria muy tóxica.
Otro ejemplo es el que la suplementación con vitaminas hidrosolubles a largo plazo, se tolera mejor debido a que los excedentes se eliminan más fácilmente por la orina.
Las vitaminas más tóxicas son la D, y la A, también lo puede ser la vitamina B3.
Otras vitaminas, sin embargo, son muy poco tóxicas o prácticamente inocuas.
La B12 no posee toxicidad incluso con dosis muy altas. A la tiamina le ocurre parecido, sin embargo con dosis muy altas y durante mucho tiempo puede provocar problemas de tiroides. En el caso de la vitamina E, sólo es tóxica con suplementos específicos de vitamina E y con dosis muy elevadas. También se conocen casos de intoxicaciones en esquimales al comer hígado de mamíferos marinos.
La principal fuente de vitaminas son los vegetales crudos, por ello, hay que igualar o superar la recomendación de consumir 5 raciones de vegetales o frutas frescas al día.
Hay que evitar los procesos que produzcan pérdidas de vitaminas en exceso:
Aunque la mayoría de los procesamientos perjudica el contenido vitamínico, algunos procesos biológicos pueden incrementar el contenido de vitaminas en los alimentos, como por ejemplo:
Los procesos industriales, normalmente suelen destruir las vitaminas. Pero alguno puede ayudar a que se reduzcan las pérdidas:
No consumir vitaminas en los niveles apropiados (contenidas en los alimentos naturales) puede causar una grave enfermedad.