Entre las consecuencias de estas deficiencias no sólo están aquellas que afectan directamente al propio organismo sino que también están la disminución en el desempeño laboral.
Las deficiencias de vitaminas y minerales repercuten significativamente en el bienestar humano y en el desarrollo económico de las comunidades y de los países. Estas deficiencias pueden dar lugar a serios problemas de salud, comprendidas por una menor resistencia a las infecciones, ceguera, letargia, infertilidad, disminución de la capacidad de aprendizaje, retraso mental y, en algunos casos, la muerte.
De igual forma, entre las consecuencias de estas deficiencias de la alimentación no sólo están aquellas que afectan directamente al propio organismo sino que también están la disminución en el desempeño y pérdida del capital humano y el decremento en la productividad de los trabajadores.
"A diferencia de muchos otros impedimentos para el desarrollo social y económico, las deficiencias de vitaminas y minerales pueden reducirse con inversiones relativamente bajas en salud pública, agricultura y educación", afirmó el especialista en el tema Víctor Ruiz.
Existe la tecnología para resolver muchas de estas deficiencias, pero persisten por diversas razones, inclusive por la falta de conciencia entre los responsables de elaborar las políticas para resolverlas o por falta de conocimiento de los planificadores de los programas.
En los últimos decenios la comunidad de investigadores, los gobiernos, los organismos de desarrollo y las organizaciones no gubernamentales.
ONG han avanzado considerablemente en la determinación de los grupos que corren el mayor peligro de padecer deficiencias de consumo de micronutrientes y elaborar programas para mejorar a corto plazo determinadas deficiencias. Muchos países han adoptado las metas y los objetivos internacionales de reducir las deficiencias para fines del decenio en curso.
"No obstante, el avance en la promoción y ejecución de estrategias basadas en los alimentos para alcanzar estas mejoras sostenibles en el consumo de micronutrientes ha sido, en general, lento", señaló Ruiz.
En términos generales, a nivel mundial, las tres deficiencias de mayor repercusión en la salud pública son las de vitamina A, hierro y yodo. Estos nutrientes se denominan micronutrientes porque el organismo los requiere en cantidades minúsculas para crecer, desarrollarse y mantener la salud.
La deficiencia de vitamina A es la más frecuente entre los niños pequeños. Si no se atiende, puede producir ceguera y la muerte. La falta de hierro es la deficiencia alimentaria más común en todo el planeta, afecta principalmente a los niños y a las mujeres en edad reproductiva, produce anemia, que contribuye significativamente a la muerte materna y de neonatos.
La falta de yodo se da en las zonas montañosas y en las llanuras aluviales, donde las lluvias se han llevado el yodo del suelo; es la causa más frecuente de retraso mental evitable, comprendido el bajo coeficiente de inteligencia. Una falta grave de yodo puede producir cretinismo, mortalidad fetal tardía y defectos congénitos.
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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
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